lunes, 6 de agosto de 2018

RAMAS DE VIDA

Me preguntó si quería irme del neuropsiquiátrico;
no pude contestar.

Si ya me sentía un poco mejor;
tampoco dije nada.

Después hablamos de su escritorio,
esa distancia.

Decidió levantarse, ir a la ventana;
y me llamó.

Señaló con sus ojos al árbol más viejo del patio;
cada vez más alto.

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