RAMAS DE VIDA
Me preguntó si quería irme del neuropsiquiátrico;
no pude contestar.
Si ya me sentía un poco mejor;
tampoco dije nada.
Después hablamos de su escritorio,
esa distancia.
Decidió levantarse, ir a la ventana;
y me llamó.
Señaló con sus ojos al árbol más viejo del patio;
cada vez más alto.
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