lunes, 6 de agosto de 2018

INTERIOR DE LOS INTERNOS

Siempre perdidos en el amor
y todavía más adentro,
libres de la razón de las tenazas.

En esa pureza del estar solo
lejos de la soledad,
sin otra salvación que la espera.

Entre demonios y ángeles
que dan y dan vueltas,
para alejar la herida incurable.

Las ruinas de las palabras
sobre la piel del cielo,
como una flor que es un rayo.

Siempre en el cómo de sentir
desde la armonía del caos,
la furia invencible de los piadosos.

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