LAS PASTILLAS Y LA SANGRE
Siempre están relajados, dóciles, puras pastillas,
claro que dan vueltas
y el patio nunca lleva a ningún lado.
Pero ayer el pibe Bruno no lo pudo evitar más,
sin querer, algo...
y su mano en el culo de la doctora.
Todos lo patearon hasta ver la calma de la sangre.
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