viernes, 10 de agosto de 2018

JUEGOS SECRETOS

Papá le dijo que la acariciara, era su nuevo juguete. Y ella, asombrada y feliz, vio cómo rápido ese regalo crecía y crecía.
¡Magia!
Papá también podía hacerlo desaparecer como a un conejo. Pero ella debía colaborar, sacarse la ropa y sentarse en la punta colorada.
¡Gritos!
Papá le explicó que así no funciona el mecanismo: era un secreto. Ella tenía que aguantar esa prueba para ver otra vez el conejito y el juguete.
¡Llanto!
Papá le prometió que pronto lo volverían a hacer, que era solo un juego entre ellos dos. De a poco, ella comprendió... y volvió a sonreír.


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