EL SER NADA
Apenas si podía hablar, pero siempre babeaba
y te molestaba, te perseguía
por un cigarro o un bizcochito.
Todos lo despreciaban,
lo alejaban a empujones.
No recuerdo la brutalidad de su apodo,
sus ojos eran huecos negros.
Jamás lo vi con nadie,
ni se le acercaban las enfermeras.
Siempre babeaba... era realmente insoportable.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario