PROSAS DE LAS EXCRITURAS
EL BRAZO REBELDE
Al bajar, apurado, se olvidó su brazo que se había aferrado, como todos los días, poco más de una hora y media durante el viaje en colectivo para ir al trabajo. Pero al andar no sentía nada, ningún dolor, incluso hasta percibía un extraño alivio: Solo le preocupaba cómo iba a sostenerse, después de más de treinta años, al regresar a su casa; pero bueno, le quedaba otro, ¿no?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario