EXCRITURA DEL ARQUETIPO
Entre los muebles, cacharros, aparatos, la mugre;
el venerable laberinto.
Claro que además están las paredes, las puertas;
todo inmóvil, casi irreal.
Apenas se percibe la pestilencia; son fantasmas
los cadáveres, ¿el suyo?
Pero igual es un misterio la forma del monstruo,
nadie lo entiende.
Perdido, sin esperanza, se oculta de las palabras,
sus voces lo condenan.
Todos los días ahí, solo sin su propio alrededor;
y no quiere salir, nunca.
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