EXCRITURA DE HEIDEGGER Y LACAN
Arrojado, entre tantos fantasmas;
los residuos de la ontología,
trampas del yo.
Todavía se chupa el mismo dedo;
apenas puede hablar,
y goza.
A veces se mira en las vidrieras;
el rostro en los objetos,
su olvido.
Si pudiera imaginarse el afuera,
algún real posible,
esa noche.real
Aun espera la voz de ese milagro;
en el temor del bosque,
un sendero..
Pero cada vez que canta un pájaro,
el nombre es otro dolor:
la ausencia.
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