sábado, 23 de septiembre de 2017

EXCRITURA DE LEZAMA LIMA

Ese caracol, al andar,
un camino húmedo para la música del aire.

Entre frutas y flores,
su espalda protege la íntima gracia.

Un rumor enemigo
ya se acerca, invisible, a sus antenas.

Pero allí está el refugio,
una hoja de sombra en la rama desnuda.

Así es el amparo,
el silencio se consagra a la quietud.

Rastro de un eco, imagen,
no necesita preguntar por los dioses y el ser.

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