EXCRITURA DE HUDSON
Aquel niño no puede concentrar el pensamiento,
su conciencia aun está en la plenitud.
Ellas vivían alrededor todo el año,
en el otoño y la primavera;
él las miraba para poder soñar.
En silencio, puro asombro;
feliz, al escuchar sus murmullos.
A veces las encontraba en la tierra,
sus picos buscaban semillas;
y no se dejaban agarrar... nunca.
Pero después, siempre, eran suyas:
en el cielo aquella inmensa bandada de palomas.
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