martes, 9 de enero de 2018

EXCRITURA SIN TIEMPO

Otra vez despertó sin entender qué pasaba,
y menos qué día.
Por suerte tenía algunos cigarrillos,
un poco de cerveza.
Sin vestirse encendió la televisión,
pero no podía ver nada.
Apenas daba vueltas por el patio,
el cielo mudo.
Pudo darle de comer a su perro,
sintió algo de hambre.
Ni siquiera le andaba el calefón,
recordó a su madre.
Subió la persiana, podía ser la mañana;
miró las ramas del laurel.
Pero su cuerpo aun estaba cansado, lejos,
tomó una pastilla y se durmió.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario