martes, 23 de enero de 2018

33

Voy a volver a entrar a la iglesia,
ese residuo de este mundo.
Ya no pienso en Pasolini o Weil,
tampoco en mi Padrecito.
A cada paso, tiembla la escalinata,
y crece su enigma.
Sé que nada me pertenece,
todo es un simple don.
Vuelvo a elegir a la penumbra,
pero no me importan mis pecados.
Todos los lugares son uno,
solo que no existe...
Ahí está el dolor crucificado,
el altar de la única luz
otra vez bendice a mi llanto.
Volví, rezo por un poco de amparo.




FIN

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