martes, 16 de enero de 2018

9

Sin poder poder dormir la larga noche,
un hueco de insomnio,
sus alambres de preguntas,
las cadenas de incertidumbre.
Pero apenas salió el sol,
esos hilitos de luz,
urgente, necesité ir a la iglesia.
Al andar casi soñaba,
caminaban mis piernas,
y algo me latía muy fuerte.
Cuando llegué hasta su puerta,
sin vacilar, me detuve;
solo estaba solo,
ese hueco era mi ser.
Ya estallaba la mañana,
su encandilamiento.
Al fin sentí otro calor,
que llegaba del más adentro.
Alrededor nada,
todo era en mí;
así que volví  a casa a dormir en paz.



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