martes, 12 de diciembre de 2017

EXCRITURAS SIN SOL

La estación de Ramos Mejía ya ha sido secuestrada,
sobrevive en un encierro mortal;
ni un centímetro sin un cartel publicitario.
Sus paredes apenas respiran:
stripers, bandas de rock, cumbia, teléfonos...
¿Alguien les puede prestar atención?
Los peatones olvidan su sombra,
andan apurados y ciegos,
nadie escucha los últimos gemidos,
esa agonía libertaria desesperada de sol.
Salvo yo, claro, que espero el colectivo, ahí,
y sueño con alrededores blancos;
o mejor, para purificar al asombro.
un brutal descarrilamiento y el polvo de la realidad.

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