EXCRITURA DE WILCOCK
El viento tan frío de la noche ha despoblado a las calles;
hay un portón abierto,
entre las palmeras una estatua,
una mujer gigante,
su vestido es verdadero,
su regazo tibio
la respiración llora el perdón,
y solo es sentir la vida
y el origen del calor del vientre...
ya se disuelve la desesperación, la humillación y la soledad.
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