jueves, 7 de diciembre de 2017

EXCRITURA DE RAÚL GONZÁLEZ TUÑÓN

Todos lo saben, al destino le gustan las bromas pesadas.
Aunque a veces también se distrae,
y sin querer, se imagina lo que ya pasó.
Justo al vaciar la última copa,
entre ese piano dormido,
muchos marineros sin puertos,
humo, peleas, risas,
en el espejo más triste del mundo,
perdida, él la vuelve a ver.
La imagen de un blues sin fondo,
la máscarita de otro tiempo,
su boca demasiado pintarrajeada,
dulce, muy dulce, mentirosa,
una trampa para que el cuerpo descubra el amor.
Ah, en el cabaret, el destino es un adiós y la nostalgia.

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