EXCRITURA DEL ABANDONO
Algunas vez decidió no barrer
a las hojas secas, solitas;
sin motivos, solo por la nada.
Así que ahora las contempla,
esa quietud amarilla;
un otro del sentido, y mudo.
Siempre entre las sombras,
casi parte de la tierra;
pero sin ninguna revelación.
Ese alguna vez y este instante,
apenas un consuelo:
necesita sus crujidos al caminar.
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