lunes, 25 de diciembre de 2017

EXCRITURA PROFÉTICA

Me lo juró, llorando, un perro feo y tuerto
al morderme la pantorrilla.
Después vi la sangre,
venia de color muy celeste;
pero no me asombró.
Cuando en la herida crecieron las flores,
ya empecé sospechar
y llamé a emergencias;
me dolía demasiado el sol.
Mañana me cortan la pierna,
los médicos dicen que peligra la humanidad.
El perro tuerto espera junto a mi cama.

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