miércoles, 6 de diciembre de 2017

EXCRITURA DE CARLOS CORREAS

Siempre la consigna es la misma: prohibido asustarse.
La mendiga se acurruca sin dientes
a los pies, rotos, de la Virgen,
la patrona de los Ferrocarriles Argentinos
y protectora de amigos y usuarios.
Sería más efectiva una estafa, cualquiera;
solo hace falta un poco de impiedad
para evitar la mirada del desierto
y no morir por la inflación, como Kafka.
Igual conviene dejarle algunas flores
o yuyitos de colores, sin nombre.
Total, si nadie los mira...
ni siquiera el sol se anima a esa sombra.
Son pocos, otra vez muy pocos,
los andan en los andenes.
Desde acá, las vías son líneas, indiferentes,
y lejos se diluyen como el humo.
La mendiga casi sonríe y fuma un cigarrillo sin dueño.

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