EXCRITURA DE CONTI
Un buen día empezó a caminar,
sin pies,
casi en el aire.
Muy sereno,
kilómetros y kilómetros,
el río amó sus huellas
y continuó,
dejó un cielo
por el otro;
para distraerse
escribía cuentos o novelas,
soñaba álamos,
cohetes del amor,
después volvía al fondo
más profundo,
tan oscuro,
lleno de futuro,
y su origen.
Ahora descansa,
inmóvil,
en el talud continental, su lugar
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