EXCRITURA DE FLAUBERT
Loquitos lindos, tan sencillos, los más sabios y simpáticos,
Bouvard y Pécuchet.
Los apasionaba la geología, los gusanos, la teología...
y por suerte imaginaban.
Siempre supieron que era un embrollo las causas y los efectos,
así que preferían soñar.
Fueron los primeros y los únicos que llegaron a la luna,
la verdadera, enamorada.
Claro que su simple manera de vivir no era la de los otros,
¡ay, indignaban a los burgueses!
Pero es así, qué importa, lo que se entiende con palabras
nunca se entiende.
Ellos sabían que lo absoluto es sujeto y objeto, apenas un instante,
por eso miran esa mosca, y vuelan.
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