Excrituras
viernes, 17 de marzo de 2017
EXCRITURA DE UN SALMO
Los aullidos en el cenegal
ya roncos.
Sin fondo, hasta el cuello
y la cólera.
Los ojos ciegos, siempre
apenas barro.
Me devoró la última razón,
cai en su pozo.
Solo quiero beber vinagre,
condéname, Dios mío.
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