viernes, 3 de marzo de 2017

EXCRITURA AUTOBIOGRÁFICA VIII

Con la mirada escondida detrás de esos anteojos oscuros,
el abuelo Toto era la magia.
Al menos en esos momentos,
cuando se juntaba la familia en las fiestas, cualquiera;
muchos andaluces, risas, griterío y baile,
y entonces podía perderme entre tías y tíos,
correr con los primos,hacer líos, pinchar globos.
Pero el final, nunca fallaba, era deToto,
sus manos limpias, su voz y la baraja increíble.
Una vez, aquella vez, me toco a mí:
chaval, me dijo, toma una... y mírala bien.
Después, todavía me cuesta creerlo, lo veo,
sacó muy rápido el cinco de bastos y me observó
con una sonrisa, sin hablar le dije que no.
Inventó una cara sorprendida y creció el silencio
-si hasta se quitó los lentes-,
es que algo tenía mi carta, muy tramposita,
porque había que ir a buscarla a su pieza,
debajo de la almohada, me aclaró.
Creo que le hizo un guiño a mi papá,
él acompaño el temblor de mis piernas
y los dos la encontramos, ahí, única, para siempre.
Será por eso que nunca creí en su muerte,
que muchas noches, antes de dormir, abrazo la almohada.
Igual lo sé, lo supe desde aquel diez de oro:
la magia está escondida detrás de lo oscuro, los ojos de Toto.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario