martes, 14 de marzo de 2017

LA VEREDA DE LA FE

Con el bastón gastado y quebrado el torso
-casi paralelo a la vereda-,
la anciana del barrio, como cada día,
con su carrito camina para hacer las compras.
Ahora tiene un poco más de suerte,
su carga es más liviana por el ajuste;
también su economía apenas sobrevive.
Siempre que la veo...no lo puedo creer,
¿es posible tanta fe en esta vida?
Al menos yo levanto los ojos
y miro: el cielo gris, las nubes tristes.
Pero mejor no intentar ninguna respuesta,
la anciana salió del almacén y ya regresa a su casa.

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