viernes, 17 de marzo de 2017

EXCRITURA DE MIGUEL ÁNGEL ASTURIAS Y RODOLFO KUSCH

Ya todo el cielo es una sola llama,
orejas de conejos amarillos,
por pares, por cientos, infinitas.

Cada cual cumple su trabajo,
también arden por dentro,
la jornada es otra y la misma.

Por eso nunca hay razones
que entiendan lo que se hace,
borracheras, fiestas, esas tristezas.

Tampoco alcanzan  las almas
para lo que quiere el cuerpo,
un pájaro de plumas líquidas,

Pero siempre adorando la tierra,
al sol, al enigma de la luna;
y agradecer sus dones cada día.

Lo que no es sacrificio, no es vida
ese gran surco de los dioses,
el secreto silencioso del mero estar.

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