lunes, 20 de marzo de 2017

EXCRITURA DE PABLO RAMOS

Soy apenas nada con ojos como agujeros negros,
hijo de la ferocidad, padre de la venganza.
Me sentaría en un café solo a mirar los días,
vivir en el allá o morir en el acá;
igual nada me alcanza, y ése es único infierno,
la enfermedad que más me gusta,
algo que duele dentro de algo dentro de qué...
Sé que pensar no soluciona las cosas,
si ni siquiera sabemos cómo estamos hechos.
Vacié todas las botellas que pude,
me aluciné con los polvos mágicos,
algunas temblé al ver una mujer desnuda,
al tocar la nada me fusiló la tristeza.
Pero poco importan estas patéticas palabras,
sombras falsas de un cuerpo mío y ajeno;
aun siento que me persiguen los dioses;
sé que estoy en el medio de un gran río,
bien metido, hasta el cuello, en la mismísima mierda.

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