LA RUTINA DEL NEGRO
A eso de las cinco de la mañana,
el campito de la villa
y otra vez su carro y la fatiga del caballo.
Los martes, la fábrica de plásticos.
Ya lo conocen, lo esperan;
a veces le guardan las sobras en una bolsa.
Frío o calor, empujar la calle.
Peor es el encierro,
las pastillas idiotas del loquero o la cárcel.
Anda por ahí, perdido, o se emborracha.
Igual cuida algunas monedas.
Al volver a la casilla ya se olvidó de otro día.
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