LA MOSCA DE AUGUSTO MONTERROSO
Esa mosca que tanto citaba no lo dejaba escribir.
Ya ni siquiera sabía por donde volaba...Si alrededor de su cabeza o dentro de su descorazonado corazón.
Para colmo, espantaba a sus animalitos.
Antes de resignarse y hacer un bollo con el papel, Monterroso comprendió la broma.
¿Acaso sus fábulas no eran también un zumbido fatal?
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