sábado, 15 de abril de 2017

ODA A LA GLOBALIZACIÓN

Tu poder es inmenso
y ubicuo,
como Dios,
tu presencia.
Magia
sin distancias,
encantadora
y más cruel.
Mi voz
ya es tuya,
lo sabes.
Y pronto
la conexión
será apenas silencio
y olvidarás
este planeta
y su falsa humanidad.
¡Oh, diosa, dime
dónde hay otro mundo!
Un rinconcito libre,
para mí,
verdadero.
Ya está,
igual te escribo una oda;
tengo miedo,
tu mensaje es odio,
ruido de nada.
Insisto, me resigno,
sos lo real.
Pero al menos
piedad,
solo te pido
un lugar para mis raíces.

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