sábado, 22 de abril de 2017

VERXIONES IV

En el baúl de las excrituras se halló un manuscrito, ¿un manuscrito?, de Antonio Porchia. Desde la publicación de sus definitivas Voces, colegas, lectores y amigos alentaron a Porchia para continuar con su particular producción literaria. Ninguno de sus serios y rigorosos estudiosos lo duda, a esa tarea se abocó -incansablemente, día tras día- hasta pocos meses antes de su fallecimiento. Pero recién ahora se ha certificado la concreción de su infatigable trabajo de más de una década. En realidad, la continuación de los aforismos de Voces consiste en un conjunto de hojas que, salvo la firma del autor, no contiene un sola palabra. Ni siquiera el menor indicio de un signo. La obra, además, carece de título. Sin embargo, es preciso consignar que son varios los testigos -las Ocampo, Callois, Pizarnik, Sánchez, entre otros- que han asegurado, sin vacilar, no sólo la existencia de su hasta el momento inexistente material, sino que el mismo Porchia afirmó: "Las conclusiones esenciales de mi pensamiento las encontrarán en mi última obra". Por cierto, llama la atención su extensión: más de 5.000 páginas. Demás está decir que son enormes las expectativas ante la necesaria y urgente publicación del libro, o como se le quiera llamar a estas voces mudas.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario