domingo, 12 de marzo de 2017

¿MOTORES MUERTOS?

Solamente autos en la siesta del domingo,
cada calle envidia al desierto;
salvo algunas pocas voces, ¿niños?
que saltan, vivas, por las ventanas.
Claro que todavía es verano, calor,
y el encierro es un refugio.
Así que despacio, andar apenas,
caminar el alrededor vacío, la sombra.
Si ni siquiera un perro que se anime...
pero es demasiada ausencia en la ausencia.
O quizás sea la auténtica realidad,
sin los engaños de la rutina,
el ruido de los diálogos fáticos,
ese tiempo agonizando en el apuro.
Mejor no pensar, cuidar los estornudos,
no quiero despertar los motores;
aunque, al menos en estos tiempos,
acaso son el último simulacro de las pasiones.

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