jueves, 9 de marzo de 2017

EXCRITURA DE PARÍS

Resulta bastante extraño andar tus barriadas y calles.
Los nombres de los grandes pensadores,
universales, en un rectángulo azul, tan limpito.
La presencia de esos momentos históricos
con sus monumentos, asediados por autos y turistas.
Todo ese previsible mercado de la bohemia,
nostalgia de tangueros y la generación perdida.
Además, el paseo inevitable por los museos...
dan un poco de lástima las exclusivas obras maestras.
Y en la mismísima Nuestra Señora,
adentro, entre la penumbra de sus maravillas,
podés escuchar un CD y comprarlo, amén.
Una postal real de la modernidad occidental;
incluso hay negros, residuos de las viejas colonias.
Resulta curioso -¿ahí estaban las barricadas del 48?-
andar y mirar el Sena, ese aire perfumado de la hipocresía.

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