EXCRITURA DE UNA VIDA CANSADA
A cada rato, sin ganas, el se duerme;
no importa la hora,
la tristeza dice ¡basta!
y lento se mete entre las sábanas.
A veces con suerte logra algún sueño,
aunque su cabeza de vueltas
y continúa despierta, perdida,
entre esa imágenes que son reales.
Pronto cree que va a cumplir 50,
pero ya conoce ese truco,
que el tiempo es mentira
y pasa inútil, y demasiado lejos.
A su lado siempre están sus perros,
ellos aun lo entienden;
son el único consuelo
al abrir los ojos si le llega el sol.
Después, como puede, anda un rato;
no suele cambiar de ropa
mira la televisión,
hasta sentir el aburrimiento, y bostezar,
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