martes, 19 de junio de 2018

EXCRITURA DE HÉCTOR VIEL TEMPERLEY


Lo lamento, ya estoy demasiado cansado:
a mis piernas y brazos los acalambra la Fe.

Lejos, desparece ese color del horizonte,
quizás lo borró tanta soledad del cielo.

Claro que aun podría flotar, sentir la espuma,
pero me pesa la oscuridad del fondo.

El desamparo es la inmensidad de esta mar,
cada ola me recuerda la sed del desierto.

Mi Señor, ya no puedo ser más tu nadador,
solo deseo ahogarme en las aguas de mi alma.

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