sábado, 9 de junio de 2018

EXCRITURA DE NERUDA

¡Plaf!, aplastaron a otro tomate más de Neruda.
Había caido de su cajón
y se entusiasmó con la calle.
La pulpa desparramada es sangre.
Algunos, maliciosos, tienen sospechas,
¿no se habrá suicidado?
Pero ya es una costumbre
cada vez que llega diciembre.
Nadie se sorprende,
ni se le acercan los perros.
Después de un rato lo olvida el sol,
no queda ningún rastro.
Solo sus compañeros, apretados,
miran: saben que ahora envenenan las ensaladas.

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