EXCRITURA DE LEONORA CARRINGTON
La auténtica belleza es una terrible responsabilidad.
al igual que ser un presidente.
Por eso, son especiales las mujeres bellas;
apenas encantadores, todas desgraciadas.
Lamentablemente, yo soy bella y nada puedo hacer,
aunque me nombre La Única Reina
y los hombres juren mi protección.
Por suerte, son pocos los que ven en mí a la condena,
pero pronto saldré en todas las revistas.
Quizás debiera convertir mi casa en una cárcel
o esconderme para siempre en el bosque.
Igual, sé que no tengo alternativa,
nadie entenderá que no depende de mis deseos.
Creo que debo escapar de esta forma y ser, por fin, libre.
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