EXCRITURA CASUAL DE MI PAÍS
En la lejana mirada desde puente
esa agonía de la vías,
un silencio sin ningún eco;
ya pasó hasta la nostalgia.
Alrededor, escombros o casas,
los techos apenas vivos:
caños, maderas, hierros, trapos.
Algunas puertas abiertas,
pero no se escuchan las voces.
Claro que los perros flacos,
dos o tres entre la basura.
Inútil cualquier pensamiento,
¿no vale la pena esta pena?
Ya bajo el puente, me olvido los ojos.
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