lunes, 18 de junio de 2018

EXCRITURA DE LA SEÑORA DALLOWAY


Aunque parezca única, ella es miles y también ninguna.
Aun no está segura, no le importa
que alrededor existe el dolor del mundo.
Tampoco -tan aburrida- la historia;
menos todavía la de su propio cuerpo.
Preocupada, a veces,
lamenta al inevitable pasado,
a la palabra amor,
la nada impoluta de su vacío.
Pero rápido se distrae, un té con masas,
un paseo o un collar.
Por suerte, vive en las fiestas;
nunca descuida el menor detalle:
los adornos, los manjares, la vajilla...
y ¡la música! para evitar el pensamiento.
Ella, las miles, son todas personas respetables.
En mi país suelen salir a la calle para golpear cacerolas.

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