domingo, 17 de junio de 2018

EXCRITURA DE LAS ROSQUILLAS

No podía esta tan cerca la felicidad,
apenas a media cuadra.
Solo tenía que tocar el timbre,
subir las escaleras y tu voz:
"Niño, come unas rosquillas"
Vos, mientras, seguías con tu tarea:
limpiar un y otra vez la casa,
que brille para tu marido y tu  hija.
¿Qué bromas de nene travieso,
que tonterias te inventaba
para que se iluminaran tus ojos?
Después nos sentábamos juntos,
veíamos pavadas en la tele;
a veces suspirabas y hablabas,
casi al pasar, de mi abuela.
Ni siquiera llegabas a los treinta,
ya tenías -como yo- el pelo blanco.
Podía quedarme toda la tarde,
mamá no me retaba, me portaba bien.
Creo que ayer me despedí de vos...
pero aun siento que fue irreal.
A media cuadra, tan cerca la tía Marisol.

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