viernes, 13 de abril de 2018

EXCRITURA DE RAÚL GONZALEZ TUÑÓN

Después que me habló de un tal Kant
le eché cocaína en el vaso.
Mi generación está perdida, o peor:
nuestra tristeza es de hierro.
Yo solo me río y a veces sobrevivo,
y nunca ando con un reloj.
Pero ella aun no cae del cielo,
su alma tiene un slogan.
Sin darse cuenta mata mariposas,
cuando quiere ser inteligente.
Al menos frecuenta este bar de rabiosos,
en una de esas se saca el corpiño.
A mi el tiempo no me apura,
sé que a la madrugada ocurren los milagros.

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