lunes, 9 de abril de 2018

EXCRITURA DE LA FELICIDAD

Por un rato vamos a olvidarnos de la realidad,
del infierno de Sartre y sus variantes,
esa espina justo en la planta del pie
que duele la eternidad del alma.
Vamos a intentar con el otro;
no digo un gran festejo,
pero al menos una mirada,
como si fuera un detalle de Dios.
Veamos, por ejemplo, los caniches en el exilio:
¡cómo saltan, lo besan, y la risa del Viejo!,
nunca se cansan de jugar...
Resulta más fácil de lo que se cree,
digo, que seamos felices de verdad por un ratito.

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