EXCRITURA DE BUKOWSKY
No sé cuánto dormí,
cuando desperté ya era de noche.
Oí el teléfono,
pero llené la bañera.
Después, aburrido, atendí;
ella colgó.
El teléfono sonó otra vez,
y busqué otra cerveza.
Era solo el fin,
no valía pena un reproche;
me sequé las bolas...
ver las estúpidas noticias,
dejar que se acomodara el sillón,
solo un día muy largo.
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