EXCRITURA DE LEVINAS
Siempre atrapado en su desnudez,
el rostro y su miseria.
Él suplica otra mirada,
la conciencia de su olvido.
Pero es extraño, ajeno...
si hasta niega sus rasgos.
Sea el propio o el otro,
no tiene escapatoria.
Ahí está, casi invisible,.
desnudo, atrapado siempre;
y así nos muestra a la única verdad.
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