domingo, 5 de marzo de 2017

EXCRITURA DE BECKETT

Ese ojo lívido, sin su párpado,
¿qué es lo que mira?
tan abierto a la oscuridad.
Inútil intentar cerrarlo,
aunque estalle su pupila,
muda, él permanece...
Quizás sea que su alrededor,
ya ni siquiera existe,
tampoco este mundo...
Creo que daría lo que fuera
-hasta una lágrima-,
por eludir su condena.
Pero no evitaría su castigo:
que todo mire a su propia nada.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario