martes, 7 de marzo de 2017

CASA DE PELOS

No sé, tampoco importa, cuándo ocurrirá; pero ya, sin dudas, es irreversible; igual que con aquel inmenso zapallo, el chiste dudoso de Macedonio.
Así, desde cada uno de los rincones, las pelos liberados de mi Pipo, poco a poco, van tomando la casa. Y un día la invasión será total y absoluta; lo sé, un universo sin salida, confortable, tan blandito...y Pipo mueve su enorme cola otra vez. Ansioso, espero ese momento; olvidar las paredes, los techos, las ventanas,los muebles, los artefactos y la puerta.
Quizás así, al fin vivir  podré vivir tranquilo,, lejos de la calle y el mundo, lejos de mí, flotando, entre los pelos tan dorados y eternos como el corazón del sol.

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