miércoles, 7 de septiembre de 2016

UN DOMINGO DE LAS EXCRITURAS

Quiere creer que otra vez está despierto,
desnudo se levanta y alguien camina.
Todavía los cacharros del sábado,
sucios, en la pileta de la cocina,
Echados en sus mantas rotas y sucias,
el sueño aun es la vida de los perros.
Sobre la mesa varios libros abiertos,
pero nadie los puede leer, ¿para qué?
Además, sin decir nada, el idiota
no aparece en ningún lugar de la casa
Indiferente, en la ventana, el sol
no puede acompañar la voz de los pájaros.
Y en la mirada aparece un murmullo,
la palabra herida en los alrededores mudos.
Algo abre la puerta, sale al jardín,
y ya se acerca el enigma ajeno de su sombra.


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