LOS JUEGOS DEL IDIOTA
En cualquier rincón sucio,
sentado como un Buda famélico,
el idiota juega con la nada
y se ríen, cada cual, ante su espejo.
A él le parece normal:
¿por qué asombrarse de lo inevitable?
Así puede pasar largas horas
hasta que viene a molestarlo su perro.
Entonces el idiota se levanta
y le ofrece sus mocos y su baba.
el perro lo lame contento:
él también sabe la verdad de cada rincón.
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