EXCRITURAS DE DARÍO
No envidio al árbol
ni a la piedra;
ni el dolor en la vida consciente.
No envidio esa duda
entre el ser y el no ser
ni la sombra ante el espanto.
No envidio al sol,
tampoco tus encantos
con su música perfecta y eterna.
No envidio la luna,
la muda luz de su misterio
y la carne y sus dulces racimos
Sé que solo es el estar,
¿qué importa de dónde venimos
y para qué saber a dónde vamos?
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