EXCRITURAS DE UN JILGUERO
Ese jilguerito no se asusta del idiota.Entre las ramas se encuentran las miradas y el idiota ya no puede contener al desborde transparente y feliz de sus babas. En su mueca se transparenta el cielo de una sonrisa.
Pero de pronto ya no lo ve más, mueve su nerviosos su cabezota; sus saltitos lo convirtieron en un ser invisible, rastro del aire. Entonces el idiota se inquieta, nervioso, da vueltas y más vueltas junto a su perro alrededor del pino.
Ya resignado y entregado a la siempre tristeza, al borde del desconsuelo, el idiota decide olvidar esa falsa ilusión: la unión de un lenguaje único y verdadero. Pero algo suave se agita entre las hojas y al alzar sus ojos descubre la alegría del vuelo.
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