jueves, 8 de agosto de 2019

INMOVILIDAD KANTIANA


No sé que pensarán los filósofos, pero ya hace un largo tiempo que La crítica de la razón pura carece de sentido. Salvo, si se me permite un poco de humor, que se lo considere como una novela de ciencia ficción, una especie de ucronía  a lo Philip Dick. Digo que el propósito de Kant, o -para ser más preciso-, su famoso giro copernicano se quedó inmóvil y vacío, un trompo muerto. Porque, cualquiera se da cuenta, ahora el asunto es al revés, mágico o macabro: son los objetos quienes examinan sus posibilidades para conocer al sujeto, ¿no? Y además, casi nunca fallan; el que no los compra, los mira desesperado en las vidrieras. Por eso es inútil seguir leyendo, estudiando y comentando a Kant, ya es momento de mandarlo a pasear. Obviamente, todos los días y a la misma hora, exacta; hasta que todos lo consideren un fenómeno aburrido y sin importancia, una moda retro y pasajera, ¿o vamos a pedirle a las personas que piensen por sí mismas? Ni loco, si ni siquiera existe el entendimiento...Quizás se debiera transformar mediante la parodia a la gran obra de Kant; a mi se me ocurre el título: La condena de la razón pura. Y el contenido podrían ser un conjunto de slogans publicitarios -no importa el orden ni el producto, solo que sean efectivos- que conformarían el Idiotismo Intrascendental.

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